En cada cementerio, las velas permanecen encendidas toda la noche. Las familias llegan con flores, comida y música para acompañar a quienes partieron.
No hay silencio triste, sino murmullos, rezos y recuerdos que se comparten frente a la luz.
El Día de Muertos es eso: una manera de seguir conversando con los que amamos, aunque ya no estén.
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